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Tama, la gata que salvó una empresa de la quiebra.

Intuitivos, curiosos, de sinuoso y elegante andar.  De rasgos estilizados, refinados y en punta. Veleidosos, dicen algunos. Astutos, libres y territoriales.  Metafísicos.  Temerarios. Les gusta lucirse y ser admirados.  Si su pelaje fuera negro, traerían mala suerte —a mí no me consta y tampoco lo creo—. Al fin y al cabo, de noche, todos los gatos son pardos.

Con siete vidas bajo la manga, no dudan en tomar riesgos ni en lanzarse a la aventura porque —independientemente de cómo resulten sus apuestas— ellos saben, a ciencia cierta, que siempre caen de pie.

Tal vez, por esa razón, a Tama no le haya temblado el pulso a la hora de salvar de la quiebra a la estación de trenes de Kishi, situada en la localidad de Kinokawa, a treinta minutos de la ciudad de Wakashama, al sudeste de Japón.

File:Kishi Station.JPGEstación de tren de Kishi-Kinokawa

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De los puntos turísticos del país del sol naciente, Kinokawa no sea, tal vez, uno de los más atractivos ni conocidos. Quizás por esa razón, y especialmente entre el  2000 y el 2004,  la estación de trenes de Kishi no fuera una de las más transitadas. Por ende, la ferroviaria Nankai Electric Railway, que administraba dicha ruta, tuvo que dejar de operar por dificultades financieras.

La Wakayama Electric Railway tomó las riendas de dicha ruta, pero los problemas financieros persistían dado que el número de pasajeros continuaba siendo bajo. En 2006, la empresa decidió reducir costos por lo  que  todos los trenes de la línea Kishikawa dejarían de contar con tripulación a bordo y los jefes de estación serían seleccionados entre pobladores cercanos a cada una de las estaciones del tren.

Para la de Kishi designaron a una señora que vivía con muchos gatos, y entre ellos con Tama, una  hermosa gata calicó.

En poco tiempo se destacó, no sólo por su belleza, sino también por su amabilidad. Ella se encargaba de recibir y despedir a todos los pasajeros de la línea. Por su simpatía (y empatía) pronto se hizo querer y, por esa razón y como último recurso para salvar a la empresa de la quiebra, la gerencia designó a Tama Jefa de Estación… con uniforme, gorrito y todo.

File:Station-Master Tama.JPGTama, jefa de estación Kishi-Wakayama

Imagen Magnus Manske


Dicho y hecho: luego de un mes de su nombramiento, el número de pasajeros aumentó un 17% y las ganancias de la compañía ascendieron a ¥ 1.100 millones. Muchas de las personas que visitaban la estación no iban a tomar el tren sino a tomarse fotos con ella.

Por esa razón, Tama fue ascendida a Súper Jefa de Estación y, en el día de su nombramiento, tanto el Presidente de la compañía como el Alcalde del lugar estuvieron presentes. Tama se convirtió en la primera mujer, aunque no fuera humana, en ocupar un puesto gerencial. Tiempo después, uno de los trenes llevaría su nombre y ella se convertiría en Presidenta honoraria.

File:Stationmaster Tama 20110715.jpgOficina de Tama

Imagen /Vantey

File:Wakayama Electric Railway Kuha2705Tama-200904.jpgTren Tama

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Luego de agotar sus siete vidas, Tama se convirtió en leyenda y fue sucedida por otra gata, Nitama (o Tama segunda). En la estación existe un santuario en su honor, que muchos pasajeros visitan a diario. En ella se puede ver una estatua de Tama con la pata levantada, al igual que el  maneki-neko, o gato de la suerte y la abundancia.

Maneki Neko on Teal by j4p4nManeki Neko o gato de la suerte

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Mientras investigaba sobre esta interesante historia, no pude evitar preguntarme cómo lo logró. ¿Habrá sido su carisma? ¿Su simpatía? ¿Su audacia? ¿Qué relación existe entre Tama y el maneki-neko? ¿Qué simbolizan estos felinos domésticos en la tradición nipona? Y aunque la curiosidad mató al gato, como dicen por ahí, me puse a investigar.

Lo cierto es que son muy importantes y tienen un rol protagónico tanto en la historia como en las prácticas cotidianas de los japoneses.

Desde siempre, los gatos han sido grandes aliados de los nipones: en tiempos ancestrales han hecho su aporte a la industria de la seda, ya que acudían a los gatos para que eliminaran los ratones que se comían  los gusanos productores de ese material. Además, por  ser Japón una isla, está supeditada a los vaivenes climáticos y los gatos tienen la sensibilidad de anticipar, por ejemplo, las tormentas. Eso ha sido de gran utilidad para la industria pesquera, por mencionar un caso. De ahí que la isla de Tashiro fuera poblada principalmente por gatos y pescadores, quienes, a cambio de la anticipación meteorológica, alimentaban a los gatos con buen pescado. Por supuesto que, allí, los perros no son bienvenidos.

Los gatos se pasean con soltura por las novelas de Haruki Murakami. Tienen en su haber un subgénero de haiku, o poema, llamado neko nokoi, o amor de gato. No pasan desapercibidos ni en el manga, o historietas, ni en el animé, o dibujos animados. La marca Hello Kitty, en su logo, lleva la figura de una gata. En distintas ciudades de Japón existen los Cat Cafes, o bares temáticos con gatos: muchas personas acuden a este tipo de bares para jugar con ellos y, así, liberarse del estrés diario.

Entonces, tiene sentido que la ferroviaria haya acudido a Tama para resolver sus  problemas financieros,  y que Tama se haya puesto la empresa al hombro para sacarla adelante y darles trabajo a los pobladores de Kishi. Cuando tienes un problema, ¿a quién vas a recurrir? A los que siempre han estado ahí para tenderte una mano… bueno una garra en este caso.

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Laura Kluger

Laura Kluger es una escritora creativa aficionada a las historias de animales, ya sean basadas en imaginación o en animales famosos de la vida real.

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