Psicología del caballo – Sentidos, instinto y capacidad de aprendizaje
Conocer la psicología de tu caballo te ayudará a comprender su comportamiento y lograr el máximo provecho de sus capacidades. Todas las personas que quieran entrar en el mundo de los caballos deben aprender a pensar como ellos, conocer su forma de relacionarse con las personas y otros animales, el funcionamiento de los órganos de sus sentidos y la naturaleza de sus instintos. La actividad psíquica del caballo es el resultado de la interacción de tres factores: percepción de los fenómenos externos a través de los sentidos, instinto y capacidad de aprendizaje.
Analicemos cada uno de ellos:
Percepciones
– Vista
Su capacidad visual no es muy aguda, además tiene los ojos colocados a ambos lados de la cabeza, lo cual le permite un campo visual muy amplio pero a costa de una menor precisión en las imágenes situadas a una distancia media.
En lo que respecta a la percepción de los colores sigue existiendo mucha controversia, pero lo que sí se sabe con seguridad es que pueden percibir el verde, el gris y el amarillo, mientras que no pueden distinguir el azul y el rojo.
– Audición
Su capacidad auditiva es muy buena, ayudándole en la percepción de sonidos no escuchados por el oído humano. Gracias a esta capacidad, los caballos pueden detectar antes que nosotros la llegada de una tormenta. Como el oído humano no percibe estos sonidos, se piensa que el animal se encuentra nervioso cuando en realidad está atento a las intensas vibraciones procedentes del viento.
De igual manera tienen una gran capacidad para percibir el peligro a través del sonido y reaccionar de forma rápida ante amenazas que puedan poner en peligro su vida.
– Olfato
El olfato, al igual que en muchos otros animales, juega un papel vital en la comunicación del caballo. Entre sus utilidades se encuentran:
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Ayudarle a distinguir a su madre, amigos y enemigos.
- Facilitarle la localización de alimentos.
- Permitir seguirle la pista a un animal perdido.
- En su vida sexual: el semental, a través el olfato, es capaz de oler una yegua en celo a una distancia aproximada de un kilómetro.
- Ayuda a su supervivencia (al igual que la audición), llevándole a reaccionar rápidamente cuando detecta olores que percibe como peligrosos.
– Gusto
Su capacidad gustativa le permite apreciar los cuatros sabores básicos: dulce y salado (agradables para el animal) y amargo y ácido (muy desagradables).
El sentido del gusto también es importante para su supervivencia del día a día. Gracias a esto es capaz de saber si el agua o el alimento están en buenas o malas condiciones, evitándole enfermedades e intoxicaciones.
La zanahoria, la pera o la manzana son una de las mejores recompensas que podemos darle después de un día intenso de trabajo, gracias a su dulce sabor.
Instinto
El instinto determina la existencia de los seres vivos desde el primer momento de vida, pero algunas actitudes adquiridas en tiempos muy remotos y ámbitos completamente diferentes siguen persistiendo hoy en día, aunque las circunstancias hayan cambiando. Un ejemplo bien conocido es la capacidad que tiene el caballo para dormir y descansar estando de pie; esto lo hace para huir en caso de ser atacado por animales depredadores. Incluso en algunas caballerizas, en donde no existe el peligro de ataque, es frecuente ver algunos caballos dormir en posición erguida.
La curiosidad en el caballo es otra de las características que forman parte de su naturaleza; basta apreciar cómo se acerca fácilmente a una persona desconocida cuando lo llama dentro de la caballeriza. Pero en ambientes desconocidos, su manera de actuar es diferente, mostrándose desconfiado e inseguro.
Otro instinto a destacar es el de la emulación; la mejor forma de convencer a un caballo para que haga algo que le asusta es mostrarle que los otros caballos también lo hacen, ya que este animal es gregario por naturaleza. Los caballos en libertad procuran no separarse de la manada y en cautiverio prefieren estar acompañados de otros animales, incluso aunque estos no pertenezcan a su raza.
Capacidad de aprendizaje
Su memoria es muy buena, reconociendo con facilidad los sonidos y las voces. Sabe demostrar su afecto a las personas que lo tratan bien; si quieres obtener su obediencia y voluntad, la relación con tu caballo debe basarse en el cariño y no en la imposición.
El miedo y la coacción no surtirán efecto positivos, sino todo lo contrario, tendrás un caballo nervioso, desconfiado y rebelde.
Generalización
El caballo es capaz de aplicar el proceso mental conocido como “generalización”, es decir, cuando una situación determinada se repite varias veces termina convirtiéndose en un reflejo condicionado. Por ejemplo, si a un caballo se le pega continuamente con un bastón, llegará un momento en que la sola presencia del bastón provocará dolor físico en el caballo e intentará huir para evitar los golpes. Cuando siente mucho miedo es un animal muy peligroso, pues sus reacciones son imprevisibles e incontrolables.
Instrucción por parte de jinetes
Un caballo bien adiestrado no se encuentra cómodo con jinetes inexpertos. En los ejercicios de instrucción, debes tener en cuenta algunos principios fundamentales:
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Sé sencillo, directo, gradual y repetitivo.
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Gánate su confianza, basando la relación en la persuasión y no en la imposición ni el temor.
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Ten en cuenta que la experiencia adquirida le permitirá al caballo corregir los errores cometidos, pero nunca tendrá la capacidad de síntesis y razonamiento que tiene el ser humano.

Cristina Pichon Wütscher

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