Películas para Recordar – Siempre a tu Lado, Hachiko
“Siempre a tu lado, Hachiko”, es una película basada en la historia real de un perro japonés llamado “Hachiko”, el cual acompañaba a su dueño, el Profesor Ueno, todos los días a la estación de tren antes de que este fuera a trabajar dando clases en la universidad; el perro también estaba allí en la estación esperando cuando su dueño volvía del trabajo, rutina que siguieron durante dos años, hasta que desgraciadamente un día el profesor no vuelve, ya que muere de un infarto en plena clase.
Hachiko, siempre fiel, esperó el regreso de su amo en la estación durante 9 años. Si quieres saber más acerca de la historia real de Hachiko, puedes ver el artículo que escribí acerca de él: Hachiko, el perro que esperó 9 años. También escribí antes un artículo de la película japonesa de 1987 basada en la misma historia: “Hachiko Monogatari”.
Para mi gusto, esta película es inferior a la versión japonesa. Cuando hablamos de un guión basado en una historia real (como es en este caso), creo que se debe ser lo más fiel posible a la realidad, sin distorsionar los hechos. “Siempre a tu lado, Hachiko”, tiene una postura diferente, cambiando localidades, tiempos e incluso personajes; algunas de las distorsiones que se me vienen a la cabeza son:
- El traslado del escenario hacia Estados Unidos, cuando en realidad los hechos sucedieron en Japón.
- Hachiko nació en 1923 y murió en 1935, mientras que la película se ambienta aproximadamente en 1997 hasta el 2008.
- Hachiko nació en una granja y fue adoptado a los dos meses de vida por el profesor Ueno, a solicitud de los granjeros; en la película se muestra algo totalmente diferente, con el profesor adoptando a Hachiko tras encontrarlo abandonado en la calle.
- Ueno daba clases en el Departamento de Agricultura de la Universidad de Tokyo, mientras que en la película este personaje da clases de danza.
- Se inventan un personaje japonés que supuestamente era amigo del profesor y practicaba la espada con él; este señor adquiere cierta relevancia a través de la película, pero este personaje nunca existió en la vida real.
- El personaje que trabaja en la estación de tren vendiendo boletos, quien conoce a Hachiko desde el día en que es adoptado hasta el día de su muerte, es mostrado como una persona hipócrita que se aprovecha del perro. Que yo sepa esto en realidad no fue así.
Estas distorsiones de la realidad le bajan puntos a la película, incluso más al tener en cuenta la magnitud de la figura histórica de Hachiko. Estamos hablando de uno de los perros más famosos del mundo, del cual existe una estación de tren bautizada con su nombre y al que todavía hoy se le lleva a cabo una ceremonia en su memoria cada año por los habitantes de su ciudad. Por todo esto, creo que la postura responsable es ambientar la obra en la sociedad y época que vivió, a la vez que se es lo más fiel posible a los personajes y hechos sucedidos.
Homenaje a Hachiko en la estación de tren de Shibuya, en Tokyo
Hachiko, disecado en el Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia en Tokyo
Dicho todo esto, la película sí que es fiel en cuanto al centro de la historia: la relación entre Hachiko y el profesor Ueno (en este caso llamado Parker Wilson), y la subsecuente espera de 9 años por su dueño después que este nunca volviera del trabajo debido a una muerte repentina. De hecho, a pesar de que personalmente prefiero la versión japonesa, creo que el espectador medio disfrutará más de esta versión made in Hollywood en la que podrá ver a actores famosos como Richard Gere (¿acaso necesita presentación?), Joan Allen (Faceoff, la saga de Bourne) y Jason Alexander (Seinfeld).
Debido a esto, la película sí que tiene una gran virtud por sí misma, y es la de conseguir que la historia de Hachiko sea más conocida por las poblaciones occidentales del mundo, que sin duda tienen a Hollywood como referencia del cine. La película tuvo aceptable recepción, recaudando en taquilla 46 millones de dólares tras una inversión de 16, y ganando el Premio a la Mejor Película del 2010 en el Festival de Cine de Sedona.
Una cosa sí que hay que tener en cuenta, y es que se va a llorar BASTANTE en la película. De hecho, parece que este fuera un objetivo marcado por el director, con lo que se aconseja fuertemente llevar Kleenex consigo. Richard Gere, con su cara de bonachón que no le quita nadie, está hecho para el papel, lo cual nos hace sentir más pesar por su personaje…
Se puede ver la afinidad entre Hachiko y él, lo cual también hace más duro para el espectador soportar el incidente fatal y la nostalgia del perro. Y hablando de este, no sé cómo lo consiguieron los adiestradores, pero el animal actúa bastante bien, mostrando las expresiones faciales precisas para cada escena, lo cual es especialmente fuerte en las escenas tristes. Para más remate, la música instrumental y nostálgica también le da más dramatismo a la trama, ayudando al director en su búsqueda de las lágrimas…
En conclusión, creo que esta película está bien para dar a conocer al mundo la historia de Hachiko. Si consideramos que esta es su misión, entonces se justifica el haber aplicado la fórmula de Hollywood a la vida de este personaje. El espectador disfrutará la película y terminará admirando a este perro, probablemente buscando más información acerca de él por internet. En esencia, la película era una apuesta segura: no hay forma de mantenerse frío tras haber visto lo que hace Hachiko. Y de esa forma, “Siempre a tu lado, Hachiko”, consigue lo que tanto nos gusta del cine: que nos haga sentir emociones nuevas que sacudan al corazón y dejen huella, incluso aunque esta provenga de un perro:

Eduardo García

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Muchas felicidades y larga trayectoria para este interesante y simpática página. Navegando entre sus distintos temas, retomo el de los perros famosos para comentar algo sobre el fiel compañero de Mozart. Hace un tiempo, más bien cercano, encontré un bello poema en los vagones del metro y cada vez que tenía oportunidad lo releía con verdadero gozo y por ello, lo copié durante uno de los trayectos. Ciertamente me alegraba el viaje y me hacía reflexionar sobre los valores que el lobo que los hombres llevamos dentro, el lobo malo porque no todos lo son como nos contaba nuestro bien recordado Dr. Rodríguez de la Fuente,ha ido perdiendo gradualmente. Parece, lamentablemente, que hoy el mundo está cada vez más inundado de malos lobos. Pero bien, vuelvo al poema y he de decir que con ello quiero honrar al poeta, catalán Joan Margarit y a la invaluable fidelidad del perro como cierto mejor amigo del hombre.Paso a transcribirlo:
La escucho y cae la lluvia,
y pienso en aquel perro solitario
que iba detrás del ataúd de Mozart.
Lo sigo en los compases de este piano
y en los caminos que dibuja el agua
al irse deslizando en los cristales.
Voy misteriosamente feliz,
siguiendo a un perro
hecho a la vez de música y de lluvia.
JOAN MARGARIT
Misteriosamente feliz.
Azul, muchas gracias por compartir este maravilloso poema. La historia del perro de Mozart es preciosa y su fidelidad fue un ejemplo de amor.
Si lloré en la película. El amor a toda prueba de Hachiko por su dueño, esperarlo 9 años, su inmenso dolor al no volverlo a ver , nos sacude y sufrimos con el.