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Los Leones de Tsavo y su sed por sangre humana

Siempre se ha dicho que el león es el Rey de la Selva. Tal vez, por su exuberante melena que podría equivaler a la corona de un rey. Tal vez por su majestuoso rugido. Tal vez, por imponerse por sobre las demás especies, entre la que nos encontramos los seres humanos, y hacernos saber que están dispuestos a defender su territorio y la supervivencia de su especie. O simplemente tal vez por la creación de alguna leyenda milenaria y popular por siempre instalada en el inconsciente colectivo de los pueblos. La figura del león simboliza cualidades como fortaleza, bravura y supremacía. Pero ¿no es su ataque más que un simple instinto de defensa y supervivencia?

Más allá del cristal con el que se lea esta historia que estoy por contarles, lo que sucedió en el año 1898, en el poblado de Tsavo, Kenia en el continente africano,  fue uno de los choques más notorios y recordados entre la determinación del hombre y el instinto de la naturaleza.

A mediados del siglo XIX, los británicos se abocaron a construir vías férreas para conectar los territorios que más tarde se convertirían en los países de Kenia y Uganda. Por aquel entonces, estaban bajo su protectorado. Se trató de uno de los proyectos de ingeniería más ambiciosos de la época y se lo llamó Uganda Railway (ferrocarril de Uganda) porque hasta allí llegaba la obra. Ya empezada la construcción, le tocó al teniente coronel John Henry Patterson el proyecto de ingeniería para continuarla. Él se encargó de  diseñar y construir un puente que se alzara por encima del río Tsavo. 

John Henry Patterson

Coronel John Henry Patterson


Un dato curioso es que, en idioma kamba, tsavo significa ‘lugar de matanza’. Y tal vez, por ironía del destino, o por simple coincidencia, eso fue lo que les  sucedió a los trabajadores en ese proyecto. Muchos de ellos murieron, atacados por dos leones que acechaban por las noches el asentamiento donde dormían.  Según el libro de Patterson, “The Man-Eaters of Tsavo” (Los come hombres de Tsavo), fueron ciento treinta trabajadores los que murieron. Otras fuentes, basadas en investigaciones científicas  más recientes,  revelan  que fueron menos: unos treinta y cinco. Aunque hubiera sido sólo uno, habría sido suficiente.

El mensaje de la naturaleza fue claro y contundente para estos hombres, pero ellos, a pesar de las matanzas que se tradujeron en interrupciones momentáneas y pánico entre los trabajadores, continuaron con la empresa. Intentaron ahuyentarlos acudiendo a distintos recursos como  el cercado del asentamiento con árboles de hojas filosas, vallas y trampas, pero los leones (de una subespecie de leones sin melena) se las ingeniaron para sortear los obstáculos que su rival les proponía. Finalmente, los leones murieron. Uno primero y el otro, unos pocos días después, a punta de rifle, a manos de Patterson.

Al día de hoy, no se sabe con exactitud por qué estos leones atacaron a los constructores del ferrocarril de Uganda. Una explicación posible es que las presas naturales de los leones  como los antílopes, las gacelas y los búfalos y las cebras entre otros, escaseaban por causa de un virus que afectaba a la región y Fantasma y Oscuridad, los nombres que recibieron estos  leones por la creencia kamba de que estos animales encarnaban a dos guerreros  de su mitología, tuvieron que cambiar  entonces de presa. Otra explicación es que a uno de los leones le resultaba más fácil cazar humanos por tener una afección en un colmillo. Se pueden buscar más respuestas en las películas “Bwana Devil de 1952 y “Los Demonios de la Noche de 1996, conocida en el mundo hispano como “Garras”, con Val Kilmer en el papel de Patterson. O bien en el libro del mismo Patterson, mencionado anteriormente.

cuerpos disecados de los comedores de hombres de Tsavo

Cuerpos disecados de los leones de Tsavo

ImagenJeffrey Jung


Pero yo me pregunto, ¿no era posible buscar otra ruta para las vías del tren? ¿O tal vez construir un asentamiento más seguro para los trabajadores? ¿O montar guardias nocturnas para evitar riesgos? ¿O alimentar a los leones? Patterson y sus hombres fueron muy valientes, pero  es de lógica pensar que si invades un territorio donde habitan leones, corres el riesgo de que alguno aparezca y te coma. Lamento la muerte de los trabajadores de Tsavo, pero tampoco puedo culpar a los leones, ya que después de todo,  siguieron su instinto. Si tan sólo  progreso y naturaleza pudieran ir de la mano.

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Laura Kluger

Laura Kluger es una escritora creativa aficionada a las historias de animales, ya sean basadas en imaginación o en animales famosos de la vida real.

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